Tuesday, September 26, 2006

R-Franco

Acostumbrado a moverse entre las luces y las cámaras "Rebelde" Franco shegó a Buenos Aires a codearse con la farándula local.
¡Buena con la chalinita!

Wednesday, September 13, 2006

Algunos apuntes sobre el matri


Han pasado ya más de dos semanas desde mi matrimonio con Catichi, y el otro día me miré con ella y nos dijimos al mismo tiempo: “¿En qué momento nos casamos?” Ese mismo día pasé por Chiclayo y recogí las fotos del matri que me había hecho Kiko. Kiko es el vecino del cuarto piso, y la verdad que no sé ni su apellido, pero ahora lo considero de mis más patas por el regalazo de matrimonio que me hizo: encargarse de la producción fotográfica. Se agradece.

Viendo las fotos y viéndome a mí en mi nueva casa, de casado y con anillo, decidí sentarme a escribir la crónica del matrimonio. No sé bien cómo habrá sido para la gente que fue; todos me dicen que estuvo mostro, pero no creo que a mí me dirían otra cosa. A la gente que no fue, les digo que me hubiera encantado hacer un fiestón a todo dar, con toditos mis amigos y amigas: el evento del año. Pero la plata limita, y la familia es extensa. Me sentí mal por dejar de invitar a quienes considero mis patas, pero ir y decirles “sorry, no te voy a invitar” me parecía peor, así que cobardemente me hice el locazo. Bueno, ya fue.

Lo primero que puedo decir sobre casarse, es que es un chambón. Así que voy a dar algunos tips. Para empezar, si tienes una mamá, tía o cualquiera que le encante ser anfitriona, que sabe todo sobre decoración, que sabe contratar servicios de comida, toldos y música, es decir, que le gusta organizar este tipo de cosas; déjala que se haga cargo. No metas floro del tipo “yo hago mi matrimonio como quiero”, o “mi mamá quiere hacer algo todo formal”. No. Que se encargue de la organización y tú decides sobre temas específicos, como por ejemplo si bailas o no el danubio azul. Lamentablemente, ni Catalina ni yo contábamos con un familiar de estas características, así que tuvimos que hacer todo nosotros. Tip específico: así cueste más, que una sola empresa se encargue de 1. la comida 2. el toldo 3. la decoración 4. los mozos 5. la música. Tú compras el trago nomás. ¿Parece fácil? Jaja, los quiero ver.

La ceremonia en la municipalidad estuvo pajola. Pensábamos que iría poca gente: “al civil nadie va, todo el mundo va al religioso”. Mentira, en nuestro caso fueron más de 150 personas, y la ceremonia fue corta y bonita. Gracias a Miriam; y gracias a Rómulo por firmar como testigo y por sujetar el bouquet en el momento preciso. Gracias al Chorri por hacer de chofer, recomiendo contratarlo: da un servicio de calidad. Fue un poco sonso eso de que nos botaran de la municipalidad porque venía otro matrimonio, pero nada puede ser perfecto.

La fiesta en la casa de Cat estuvo buena también, por lo menos para mí. Debo decir que me sentí huevón al bailar las canciones con todo el mundo mirando, aunque puede haber sido un momento filin. Es locazo ser la estrella por una noche. Te mueves por donde sea y te sigue el fotógrafo (Kiko), y toma fotos cuando alguien te abraza, cuando vas a comer, cuando bailas, cuando los amigos te malean en la pista de baile. Levantas el vaso para hacer salud, todos quieren hacer salud contigo. Preguntas qué tal esto, lo otro, todas las respuestas son buenas, todo es felicidad. Hasta se ríen de tus chistes. Pero dura por una noche nomás, son tus quince minutos y hay que aprovecharlos. Los míos estuvieron buenazos.

Ser el protagonista de la fiesta hizo que esta estuviera rara. Tuve que ir a todas las mesas, ver que no faltara nada, hablar con el vecino que se quejaba de la bulla, y ahora tengo una imagen borrosa. Me acuerdo particularmente del Chino Chang, que cada vez que me lo cruzaba me abrazaba y me metía un cabezazo, cariñosamente. Catalina dice que con ella hacía lo mismo. Buena, chino. También estuvo el factor tengo sueño, me meto adentro de la cama de la mamá de catalina (bien, Flor!); el caso Fu y su embriagante perfume (por ahí vi embobados como a cuatro); Mayu chupando con los puntos en el dedo; la aparición triunfal en vestido de dos coloradas igualitas; o el hermano de catichi diciéndome “dile a tu pata que no me joda” (bien, drops). Aprovecho por otro lado para agradecer a la legión extranjera que se hizo presente: Gas desde el brit, Toñito desde Salamanca y Daniel Bello desde chi chi chi. El tono fue bravazo en realidad, ahora que lo pienso.

Termino esta crónica con las implicancias de los hechos. La primera, que tuve que abandonar la mansión Chiclayo. El año y medio que pasé ahí, ha sido de lo mejorcito de mi vida, gracias muchachos. Ya hablé en un post anterior sobre la era Gian Gas, ahora comentaré el tridente Roñi, Ploki, Bambi. Nadie nunca sabrá sobre la dinámica interna que se creaba cuando estábamos solo los tres; ni muchos menos alguien podrá comprender el nivel de elaboración de las idioteces que hablábamos, sobre todo al comentar la televisión. Esos eran mis momentos favoritos: Todos los domingos, domingo. Pero la vida se reproduce, y llegó el momento de partir para darle su espacio a Bambi: es hora de que te desarrolles como adulto, sin el ala protectora de Ploki: debes volar solo. Pero nunca tan de golpe: todavía está Enrikard en la casa.

Lo que sí, espero podamos concretar el proyecto del álbum debut de Los Chiclayo Plommers: “Buena Presencia”.



Tirando la pelota hacia el futuro, toda una nota casarse. El anillo pesa. El hecho de esperar un hijo te activa un piloto automático, y con eso todo anda fácil. Tuve la suerte de casarme con Catalina, que es lo máximo, y a quien amo hace años. Así que espero no volverme viejo muy pronto, seguir viendo a mis amigos, y espero también que todo siga yendo como hasta ahora: recontra bien.
Gracias a todos y un abrazo,

Juan Luis.- Loqal.